El futuro de la distribución musical
Hace una semana hablaba de lo bien que lo está haciendo Spotify y su forma de entender por donde va el futuro de la música.
La distribución musical está cambiando aunque las discograficas no lo quieran y se esfuercen en impedirlo. A la mayoría de la gente no nos importa tener un soporte físico con nuestro disco favorito sino poder oirlo siempre que queramos y donde queramos.
El problema es que actualmente los costes repercuten sobre la parte equivocada: el usuario.
Servicios como Spotify deberían ser totalmente gratuitos para el usuario particular y financiarse principalmente de los propios artistas y de usuarios corporativos.
A que artísta no le interesaría pagar, digamos 100 dolares, por que su nuevo disco se incluyese en un sistema que llevaría su música a millones de oyentes?.
Las empresas, radios, televisiones, discotecas también pagarían gustosas por acceder a un catálogo musical inmenso.
En la parte del reproductor cuando escuchamos un disco, añadiendo enlaces a compra de entradas para conciertos, merchandising, etc... también es posible obtener unos ingresos adicionales sin tener que recurrir a molestos e intrusivos anuncios que interrumpen el audio. Esta parte serviría además para generar ingresos para los artistas ya que gran parte de lo generado en entradas y venta de merchandising iría a parar a sus bolsillos.
Es decir que el futuro de la música pasa por poner a disposición de los usuarios la música para que la podamos consumir cuando queramos y donde queramos y de forma gratuita.